viernes, 13 de septiembre de 2013

Sobre las puntas de la angustia


Lub Dub, la nueva propuesta de Roxana Grinstein que se está presentando en El Portón de Sánchez.
Esta es la columna en Radio de la Ciudad, del 13-09-13




Esta es la nota publicada en La Nación el 5-10-13

Nosotros nunca aprendimos a respirar. Tampoco tuvimos que entrenar a nuestro corazón para que haga su trabajo. Lo hacemos inconscientemente. Si tuviéramos que pensar cada vez que respiramos, seguramente surgiría la angustia.

Los aprendizajes mecánicos nos deshumanizan. Allí donde sólo hay repetición y no hay espacio para la creatividad, nos volvemos autómatas.

La banda de sonido de Lub Dub está compuesta por una música incidental de Martín Ferrés y sus intervenciones sobre antiguas grabaciones de Juan Pestañas, un clásico del aprendizaje no-formal de las matemáticas. Varias generaciones de niños y niñas de América latina han reforzado su aprendizaje escolarizado de las tablas de multiplicar, con esta odiosa y repetitiva musiquita.

Roxana Grinstein recupera las zapatillas de punta para la danza contemporánea y sus intérpretes poseen la técnica necesaria para manejarse con habilidad en algo tan poco orgánico como apoyar todo el cuerpo en las puntas de los dedos de los pies. Los personajes no parecen cuestionarse qué están haciendo ahí arriba. Pero hay que estar.

Muchas veces estamos en lugares de los que nos gustaría huir. Nuestra vida cotidiana también está poblada de pequeños ultrajes. A veces llegamos a notarlo, como cuando tenemos que suspender eso que nos hace humanos, por ejemplo, respirar. La coreografía acumula movimientos, así como la banda de sonido, números multiplicados. Y va surgiendo un código de lectura, como si fuera un alfabeto de pasos, que se corresponden con cada una de las tablas.

Y se acumula angustia.

El nombre del espectáculo alude al sonido del latido del corazón, que incluye dos ruidos cardíacos; y dos bailarinas, a veces, sobre un único par de puntas. El reparto del peso escénico es muy desigual. Hay que destacar la tarea de Carla Rímola cuya parte de la coreografía no solamente es infinitamente más implacable a nivel físico, sino también a nivel interpretativo. Julia Gómez acompaña, sin la exigencia del seguidor sobre sus pies.

Se trata de una obra con muchas metáforas, pero de fácil lectura. Sin necesidad de subtitulados ni traducciones. Y sin arritmia.

http://www.lanacion.com.ar/1625988-sin-arritmias

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