martes, 21 de mayo de 2013

Todos los otros


Foto: Carolina Naranjo

SOLOS AL BAILE / Dirección : Gabriela Prado / Intérpretes : Carla Di Grazia, Carla Rímola, Amaray Collet, Alejo Wilkinson Hassler y Esteban Esquivel / Música original: Carlos Vandera / Video : Julia Fisicaro / Escenografía : Alicia Leloutre / Iluminación : Matías Sendón / Sala : El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960 / Funciones : viernes, a las 22:30.
Nuestra opinión: bueno.

La bailarina y coreógrafa Gabriela Prado presenta esta idea como "una invitación al encuentro entre los cuerpos a través del baile". Se trata de un baile escénico que remite a esos otros bailes, los de los "lentos". Los del abrazo en medio de una pista.

Quien haya concurrido a las funciones de Ciudanza 2013 en el parque Las Heras vio en Al baile casi la misma propuesta de Gabriela Prado. En aquella oportunidad, estos cinco personajes estaban rodeados de otros diez bailarines que les daban espesura a las situaciones de conflicto. La masa los devoraba. Aquí la soledad es más evidente. El cambio del nombre de la obra tiene sentido. Son impares: siempre alguien se queda solo.

Si bien el ritmo es vertiginoso y los cincuenta minutos de duración se pasan rápido, hay momentos en que se puede sentir un dé jà-vu. Tal vez porque algunas búsquedas se quedan inconclusas. No se atraviesan hasta el final las seducciones. Ni se termina de matar con la violencia. Y porque todo vuelve a empezar.

En el programa no se señala la autoría del diseño de vestuario y, sin embargo, la ropa tiene un rol fundamental en esta puesta. Todas las prendas se vuelven puentes entre los personajes. Telas que achican o agrandan las distancias entre los cuerpos.

Y hablando de distancias, cabe señalar que cuando las acciones suceden en la zona del proscenio y en el nivel del piso, pueden perderse -si uno se encuentra entre las últimas butacas de la sala-. Por ello es conveniente acomodarse en las primeras filas, para no desaprovechar algunos pasajes de la obra.

Desde un lugar más acrobático, muchos instantes suceden en la altura. No sólo por lo que vuelan o son sostenidos esos cuerpos. Además esta puesta contiene fragmentos de animación en dos dimensiones, que a veces completan la idea de lo bailado y a veces van en un sentido más impreciso. Como parte del espectáculo, también se expone, en la fotogalería del teatro, una muestra de pinturas de la artista Alicia Leloutre, responsable de los elementos escenográficos sobre los que se proyectan los videos.

Gabriela Prado viene desarrollando ya desde otras propuestas anteriores un camino hacia lo que podría explicarse como una "danza queer ". No hay una determinación biológica de género en la definición de los roles de los intérpretes. Las parejas de baile, que en esta obra tienen una alta rotación, pueden estar compuestas tanto por dos varones, dos mujeres o una mujer y un varón. Y eso no define las distancias corporales, los niveles de ternura o de violencia, ni los roles de sostén para alguna figura de altura. Prado habla de la "relación con otros similares". Todos pueden ser un otro, no importa de quién se trate.


Nota publicada en La Nación el 19-05-13
http://www.lanacion.com.ar/1583311-todos-los-otros-posibles

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