lunes, 24 de diciembre de 2012
Ceremonia de cierre
Tuve el privilegio de presenciar su despedida desde la primera fila
Esta es la crónica inmediata
http://www.lanacion.com.ar/1539755-eleonora-cassano-cautivo-a-una-multitud-en-el-obelisco
Este es el comentario emocionado
http://www.lanacion.com.ar/1539898-emotiva-despedida-de-eleonora-cassano
Este es recuadro sobre la participación de Julio Bocca
http://www.lanacion.com.ar/1539916-de-la-mano-de-un-gran-amigo
Tres abordajes de la misma noticia y sin embargo, en ninguno de los tres dije cuánto lloré en el pas de deux del primer acto. Ni que silbaba todas las melodías de los juguetes. Ni cuánto agradezco haber estado allí.
viernes, 21 de diciembre de 2012
martes, 18 de diciembre de 2012
Un show colorido que no me convenció
Shen Yun es una compañía neoyorquina de danza clásica china, con tres elencos girando en simultáneo por todo el mundo. El que se presenta en Buenos Aires tiene 95 artistas en escena, incluida la orquesta que toca en vivo desde el foso.
Pero no se trata simplemente de una compañía de danza. Se presentan como instrumentos de una misión: "revivir los valores de la humanidad y transmitir el mensaje divino de una cultura milenaria".
El espectáculo promete un paseo por diversos paisajes de China y por cinco mil años de historia. Así es como se suceden danzas étnicas de diversas regiones y vastas referencias a antiguas dinastías.
Este viaje en el tiempo lleva tiempo: dos horas y media, con un intervalo de 15 minutos. Las veintidós escenas son hilvanadas por una pareja de presentadores bilingüe que explican de un modo bastante literal lo que se va a ver en cada caso. Shen Yun es el brazo artístico de Falun Dafa, una rama del budismo. Los himnos religiosos que entonan con corrección, pero poca emoción, las sopranos y tenores tienen traducciones proyectadas en la pantalla posterior. Así es como pueden leerse referencias directas a esta filosofía. Y en medio de las danzas con cinco mil años de tradición, insertan dos escenas situadas en la actualidad donde los practicantes de Falun Dafa entablan una lucha física contra la policía comunista. El programa de mano está escrito en castellano y chino, y reitera lo que dicen los presentadores, donde las referencias ideológicas aparecen de modo más lineal, como "el demonio rojo difunde mentiras".
Lo más interesante de todo el espectáculo es la música. Los compositores lograron una amalgama de las músicas occidental y oriental, cercana a las bandas de sonido de Hollywood. La orquesta es conducida con precisión por una directora de origen británico, que combina el esquema sinfónico con el sonido del Gong o del Erhu -ese violín de dos cuerdas y cuatro mil años de historia.
El vestuario merece un capítulo aparte. Las telas son exquisitas en su levedad, y la complejidad de sus bordados. Todos los cuadros tienen cambios de vestuario, casi siempre en colores complementarios y plenos. Y los trucos de giros y acrobacias favorecen el lucimiento de esas sedas, a los que el público entusiasta aplaude con admiración. Pero aunque hay cambio de colores, no hay matices. Shen Yun sufre una obsesión por la composición simétrica del espacio, el baile en círculos concéntricos y el uso repetido del canon. Los puntos más interesantes, coreográficamente hablando, son algunas de las danzas étnicas en las que incluyen elementos externos al vestuario como tazones o pañuelos voladores.
En síntesis, se trata de un espectáculo paternalista y reiterativo. Demasiado escolar para que lo disfruten los adultos. Demasiado extenso para que lo disfruten los chicos.
Nota publicada en La Nación el 18-12-12
http://www.lanacion.com.ar/1537918-un-paseo-por-diversos-paisajes-de-china
sábado, 1 de diciembre de 2012
Huellas en el agua
Trazas sobre trazas forma parte de un díptico del compositor argentino Martín Matalon, que se está presentando en el Centro de Experimentación del Teatro Colón. Esta obra coreográfica de Diana Theocharidis fue montada sobre Traces , un trabajo que combina instrumentos solistas y sus transformaciones electrónicas en vivo. El aire se va llenando de capas de sonido, que pueden provenir de una flauta, un corno o una marimba.
Y en el espacio escénico también se van superponiendo las capas de sentido.
Hay un primer plano, lleno de agua. Y otro más atrás. Y otro más. Y otro más.
La acción puede provenir de cualquier ángulo. Por eso se debe abandonar la pretensión de abarcarlo todo con la mirada.
Quien concurre asiduamente al Centro de Experimentación del Teatro Colón, ya conoce los desafíos que atraviesa cada nueva puesta: se trata de un espacio lleno de columnas y arcadas que obstaculizan la visión del escenario.
La iluminación de Gonzalo Córdova permite llenar de sentido esos puntos ciegos. Cuando no podemos ver un cuerpo, vemos bailar a su sombra, o al reflejo de las ondas que produce sobre el agua.
Los intérpretes se adaptan a la complejidad espacial, funcionando como una máquina bien aceitada. Entre ellos, se destaca la fuerza y plasticidad de Alina Marinelli.
Pero además suceden muchas cosas en simultáneo. Excepto cuando el actor Rodolfo De Souza despliega un monólogo escrito por Alan Pauls y se vuelve el único foco posible.
El Ensamble Ars Nova acompaña el movimiento, sin competir por la atención del público, excepto en la ejecución de la marimba Eve Payeur, que se vuelve hipnótica.
Observando la numeración no consecutiva de las partes musicales, queda flotando una pregunta: ¿podría haber quedado más sintética, si dejaba alguna otra sección fuera?
Diana Theocharidis suele incorporar el agua como un elemento de sus producciones. Incluso ya había inundado el Centro de Experimentación en la puesta de Transcripciones del año 2003. Es un elemento en el que se mueve con comodidad. Y al que sigue encontrándole sentido.
Porque el agua tiene un sentido metafórico. Y otro más profundo. Y otro más. Y otro más.
Nota publicada en La Nación el 01-12-12
http://www.lanacion.com.ar/1532189-el-agua-y-sus-sentidos-metaforicos
viernes, 30 de noviembre de 2012
Panorama federal
Un recorrido por la situación de la danza en el interior del país. Columna de Laura Chertkoff en el programa "Viernes de show" de Pablo Gorlero. Radio de la Ciudad 30-11-12
viernes, 23 de noviembre de 2012
jueves, 22 de noviembre de 2012
Hacia la luz
Nelson (Ares) Barrios, de la Compañía de Andrea Servera
Foto de Eugenia Kais
Como una niebla es una obra autobiográfica y catártica. Hace siete años, Andrea Servera sufrió un accidente automovilístico que le quitó un año de autonomía y estabilidad. Pero no de movimiento. Dice en el programa de mano que, aún estando en terapia intensiva, le contaron que movía los pies incansablemente.
Para alguien que baila, quedarse quieto es igual a sentirse un pedazo de chatarra. Y eso se refleja en las imágenes proyectadas en la pantalla.
Como animales invertebrados por causa del dolor, muchos momentos de la obra suceden en el suelo del escenario, por lo que se vuelve imprescindible observar este trabajo con la perspectiva suficiente, desde las últimas filas de butacas.
La iluminación de Fernando Berreta es tan exacta que hasta los momentos de penumbras se pueden mantener con atención. Se trata de seres observados como insectos en el portaobjetos de un microscopio. De organismos vivos que, como las plantas, buscan la luz.
Servera se multiplica en otros cuerpos. Toda la compañía es su álter ego. De un modo compacto se vuelven cinco relatos que cuentan un solo dolor. Una sola nostalgia del movimiento perdido. Entre ellos se destaca la expresividad de Nelson Barrios, que lleva en sus manos las olas del mar.
Puede ser un espectáculo para compartir con adolescentes que estén interesados tanto en la música electrónica como en los bailes callejeros. Porque se trata de una fusión de estilos de hip hop y danza contemporánea que está admirablemente sostenida por la música de Sebastián Schachtel. El conocido compositor y acordeonista, proveniente del rock nacional, utiliza en este caso una base electrónica que combina instrumentos musicales con sonidos que remiten a diversos aparatos de diagnóstico médico.
Como una niebla es una obra inspiradora y emocionante. Todo aquel que quedó, por un tiempo, congelado en un problema de salud, puede sentirse identificado. Ojalá no se vuelva un monotema para esta valiosa coreógrafa.
Andrea Servera puede pararse sobre sus pies. Lo mejor que podría pasarle es encontrarse nuevamente con su deseo, lejos del dolor.
Nota publicada en La Nación el 22-11-12
http://www.lanacion.com.ar/1528966-autobiografica-y-catartica
sábado, 17 de noviembre de 2012
Esa danza incómoda
Foto: Ernesto Monsalve
Ko Murobushi pasó por Buenos Aires realizando seminarios de danza Butoh para bailarines y presentó su último espectáculo solista. Quick Silver remite en su nombre y su concepto, a una gota de mercurio que se ha quedado sin fuerza.
La danza Butoh es agotadora. Lleva a sus intérpretes a los niveles de intensidad corporal de una maratón. Una maratón inmóvil.
Tanta quietud es amplificada por el maquillaje. Ko Murobushi se presenta pintado de plateado hasta el último poro. Y el diseño de la iluminación está al servicio de los pocos elementos de utilería con que cuenta este espectáculo: una pila de polvo para disolver en el aire. Una chapa en el suelo, que refleja las luces cenitales y dibuja contornos redondos sobre la piel de Murobushi. Y otra placa metálica suspendida en el aire, que a veces es espejo y a veces, tormenta.
La gota de mercurio, que de a ratos se convierte en un feto o un anciano moribundo, se traslada casi sin peso, sosteniéndose apenas sobre los nudillos. Los desplazamientos son lentos y no llegan a ningún lado. Las caídas son antojadizas y nada orgánicas.
Si uno pone esos movimientos incomprensibles en el contexto conceptual del Butoh puede entender que este género de danza performática surge como respuesta catártica de la vanguardia de los años 60 a los cientos de miles de vidas humanas mutiladas en los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki. La pregunta es si se trata de una performance que sólo puede disfrutarse contando con esta información previamente.
La danza Butoh es incómoda. Raspa.
Es incómoda para quien la baila. Caídas, equilibrios imposibles. Posiciones insostenibles y eternas.
Pero también es incómoda para el público. Hay silencios infinitos. Luces que encandilan. Chirridos que se clavan en los tímpanos. Polvillo que desata toses. Sonidos de derrumbes que parecen no acabar jamás. Y que inevitablemente remiten a la explosión de una bomba atómica, que nunca deja de doler en los huesos.
¿Se trata de una danza de denuncia aún?
Murobushi es presentado como alguien que busca nuevas posibilidades para esta disciplina. Pero al menos en este espectáculo no parece encontrar el camino de salida de ese laberinto.
Cuando habla de su obra, dice que se trata de "una figura sin forma que no conoce ni el miedo ni la dicha."
Y en ese sentido, no se puede decir que no cumpla su objetivo.
Nota publicada en La Nación el 17-11-12
http://www.lanacion.com.ar/1527482-la-incomodidad-del-butoh
Ko Murobushi pasó por Buenos Aires realizando seminarios de danza Butoh para bailarines y presentó su último espectáculo solista. Quick Silver remite en su nombre y su concepto, a una gota de mercurio que se ha quedado sin fuerza.
La danza Butoh es agotadora. Lleva a sus intérpretes a los niveles de intensidad corporal de una maratón. Una maratón inmóvil.
Tanta quietud es amplificada por el maquillaje. Ko Murobushi se presenta pintado de plateado hasta el último poro. Y el diseño de la iluminación está al servicio de los pocos elementos de utilería con que cuenta este espectáculo: una pila de polvo para disolver en el aire. Una chapa en el suelo, que refleja las luces cenitales y dibuja contornos redondos sobre la piel de Murobushi. Y otra placa metálica suspendida en el aire, que a veces es espejo y a veces, tormenta.
La gota de mercurio, que de a ratos se convierte en un feto o un anciano moribundo, se traslada casi sin peso, sosteniéndose apenas sobre los nudillos. Los desplazamientos son lentos y no llegan a ningún lado. Las caídas son antojadizas y nada orgánicas.
Si uno pone esos movimientos incomprensibles en el contexto conceptual del Butoh puede entender que este género de danza performática surge como respuesta catártica de la vanguardia de los años 60 a los cientos de miles de vidas humanas mutiladas en los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki. La pregunta es si se trata de una performance que sólo puede disfrutarse contando con esta información previamente.
La danza Butoh es incómoda. Raspa.
Es incómoda para quien la baila. Caídas, equilibrios imposibles. Posiciones insostenibles y eternas.
Pero también es incómoda para el público. Hay silencios infinitos. Luces que encandilan. Chirridos que se clavan en los tímpanos. Polvillo que desata toses. Sonidos de derrumbes que parecen no acabar jamás. Y que inevitablemente remiten a la explosión de una bomba atómica, que nunca deja de doler en los huesos.
¿Se trata de una danza de denuncia aún?
Murobushi es presentado como alguien que busca nuevas posibilidades para esta disciplina. Pero al menos en este espectáculo no parece encontrar el camino de salida de ese laberinto.
Cuando habla de su obra, dice que se trata de "una figura sin forma que no conoce ni el miedo ni la dicha."
Y en ese sentido, no se puede decir que no cumpla su objetivo.
Nota publicada en La Nación el 17-11-12
http://www.lanacion.com.ar/1527482-la-incomodidad-del-butoh
Lidia Segni en Radio de la Ciudad
Lidia Segni, Directora del Ballet estable del Teatro Colón charlando sobre La Sylphide con Pablo Gorlero y Laura Chertkoff en Radio de la Ciudad, el viernes 06-07-12
viernes, 16 de noviembre de 2012
Ko Murobushi en Radio de la Ciudad
El reconocido bailarín de danza Butoh, charlando, intérprete mediante, con Pablo Gorlero y Laura Chertkoff en Radio de la Ciudad, el viernes 02-11-12
Queremos tanto a Gene Kelly
Fragmento de la columna en Radio de la Ciudad, del viernes 16-11-12
Programa Viernes de Show, conduce Pablo Gorlero
Una de las razones para amarlo:
La secuencia completa de Gene Kelly bailando con Gene Kelly en "Cover Girl" una película de 1944
Tierra, cemento y raíces
foto - Alejandra Del Castello
Tierra y Cemento. / Dirección: Laura Zapata / Intérpretes: Laura Zapata, Mariela Puyol, Nelson Barrios, Brian Moya, Bruno Klewzyc, e invitados del Combinado Argentino de Danza
Nuestra opinión: Muy buena
A veces, en simultáneo con el baile hay proyecciones de video. Alguien baila aquí, bajo las luces. Alguien baila allá, en los pasillos de la villa, bajo el sol. Y es un solo espacio escénico. Desde el nombre del espectáculo y su planteo conceptual, hablan de "la alquimia de un ser híbrido que no pertenece a un solo lugar". Pertenecen a la tierra y su conexión con lo tribal. Pertenecen al cemento, que es artificial, pero es futuro. Y bailan desde ese lugar. Desde esos dos lugares.
Se trata de un espectáculo anfibio, que mezcla diversos estilos que componen el hip-hop y elementos de danza contemporánea. La obra cuenta con el apoyo de ProDanza, lo que les permitió extender el tiempo de laboratorio para crear la obra y encontrar el movimiento más genuino.
Brian Moya y Laura Zapata crecieron en los talleres de la Fundación Crear Vale la Pena, donde recibieron un sólido entrenamiento en baile y canto, que Zapata completó con formación docente. Y por eso también juega de local en el Centro Cultural Ricardo Rojas, donde da clases de estilos de hip-hop desde 2010.
Laura Zapata tiene 27 años y lleva dos tercios de su vida bailando. Nació, creció y sigue viviendo en el barrio San Cayetano, una villa de la zona norte del Gran Buenos Aires. Su caso no es de los que "se sobreponen a sus orígenes". Ella los incluye, no los niega. Es una luchadora incluso cuando resignifica la formación en catch que le dio su papá, antiguo integrante de Titanes en el ring y la mezcla en un estilo de hip-hop: el krumping, que suele utilizarse en los duelos de baile.
El vestuario, creado por Martín Churba, tiene la huella indiscutible de la marca Tramando. Sobre todo se luce en los detalles de las máscaras de lucha libre, cosidas con infinitos cordones de colores.
Así como entran y salen del centro de la escena para dejar lugar a las proyecciones, despliegan elementos desde otros planos. En el piso, cuando es el momento de contar una historia con las manos, suspendiendo el resto del cuerpo. En los laterales, cuando se hacen cargo en vivo de la banda de sonido y cantan sobre las bases, o hacen beatbox.
Y en el aire, cuando juegan con una piñata suspendida. Hay momentos en que el clima es de cumpleaños infantil, por la inocencia, por el disfrute desde el juego. Y como todo cumpleaños es una celebración de la identidad. Celebran que saben muy bien quiénes son. Y desde dónde están bailando.
Nota publicada en La Nación el 27-10-12
http://www.lanacion.com.ar/1521066-bailar-desde-las-raices
Mariposas sobre un puente
La sala está envuelta en bruma y perfume. Una voz nos susurra algunos datos científicos que explican la fascinación de Teresa Duggan por estos seres alados: las mariposas tienen una enorme resistencia al frío, pueden elevarse a muchos metros de altitud, y mutan su ADN varias veces a lo largo de su corta vida.
De esto se trata El puente de la mariposa, de los cambios, de las mutaciones. De los pliegues y los despliegues.
Una figura cruza lentamente el escenario con una rama envuelta en luces. Suena una melodía en escala pentatónica, ejecutada en vivo desde un koto, un arpa japonesa de trece cuerdas y sonido sereno. Pero esta obra no se trata sólo de calma y contemplación. Las mariposas y los climas también pueden ser intensos.
En las escenas más enérgicas, la música está en las manos de Narda Gómez Gutiérrez y Natalia Yagi, del grupo Mukaito Taiko. Los dos tambores taiko en escena alternan entre un lugar central y secundario a lo largo de la obra.
Lo que está en el centro, es el juego. Los intérpretes lo disfrutan. Sonríen y contagian su sonrisa a la platea.
Éste es un espectáculo que puede disfrutarse desde la infancia. Sin paternalismos ni tonos escolares, esta obra de Duggan transmite contenidos más allá del movimiento.
Orugas que se vuelven crisálidas. Crisálidas que se transforman en mariposas. Y todas las texturas sirven para reflejar esos cambios: banderas, cintas adhesivas, hilos de colores, elásticos y cañas de bambú.
Se trata de una puesta muy visual, que se explica sola. Y en algunos pasajes, las palabras sobran.
Tal vez porque su vida es tan corta, las mariposas son los insectos más inmortalizados por los artistas. Y por todas las culturas de oriente y de occidente. Tal vez de eso se trate el puente mencionado en el título de la obra
Nota publicada en La Nación el 08-10.12
http://www.lanacion.com.ar/1515262-el-encanto-de-lo-efimero
Tendencias
Intersubjetividad en escena simultánea de Liliana Tasso
El domingo pasado se realizaron las últimas funciones del Festival de Coreógrafos Contemporáneos Asociados y Afines-Danza Teatro Independiente (CoCoa-Datei). En esta tercera edición, se presentaron veintisiete obras, distribuidas en siete sedes diferentes. "En algunas piezas que incluían otros lenguajes, vimos que se sumaron públicos que no son habitués de la danza. Fue el caso de Debana, del Grupo La Percha, de Rosario, con un lenguaje más teatral, o Cuerpo extranjero, de Inés Armas, que incorporó los títeres", señala la coreógrafa Carla Berdichevsky como parte del equipo de gestión y producción del festival.
El lenguaje que más fuertemente se va entrelazando con la danza contemporánea es el audiovisual. Este año incorporaron una sección de videodanza a la que piensan seguir apostando en la próxima edición. Pero además un tercio de las obras presentadas incluyeron algún tipo de video o presentación multimedia con la que los bailarines interactuaban en escena.
En algunos casos, las imágenes, producidas previamente, actuaban como un intérprete más del movimiento. Éste es el caso de Miles de pieles (foto), de la propia Carla Berdichevsky, o de Mirarse a los ojos, de Geisha Fontaine, de Francia.
Pero también hubo otras búsquedas más interactivas, en las que las acciones producidas en escenario generaban nuevas imágenes en vivo. En Mi última foto, Esthel Vogrig, de México, además de interpretar el movimiento, programó una computadora para que le sacara fotos instantáneas y las proyectara en una pantalla. Los pasos se volvían disparadores de las imágenes y de los nuevos movimientos.
En Kigo, la orilla del laberinto, de Romina Robles, los movimientos provenientes de las artes marciales se mezclaban con la danza y con la proyección de espacios lumínicos de dos dimensiones sobre los que los intérpretes se movían, disparando señales infrarrojas a un dispositivo que modificaba, nuevamente, ese espacio de luz en el cual se desarrollaban las acciones.
También hubo interacción entre ciudades, ya que el elenco de Intersubjetividad en escena simultanea, de Liliana Tasso, se conectó entre Buenos Aires y Barcelona gracias a un sistema de videollamada por Internet, convirtiendo así dos escenarios tan distantes en uno solo.
A lo largo de todo el encuentro, el concepto de interacción también fue más allá del escenario. Se crearon espacios de formación de espectadores para que el público pudiese dialogar con los intérpretes y coreógrafos. "En todas las funciones en las que había charla posterior, el público se quedó y participó activamente", siguió Berdichevsky.
Así las cosas, fue una instancia muy productiva para todos los participantes: surgieron encuentros entre algunos coreógrafos y quienes hacen videodanza. Y algunos proyectos de producción conjunta entre directores que compartieron salas.
"Este año tuvimos cerca de 1500 espectadores, el doble de los que participaron del encuentro del año pasado. Y cumplimos nuestro objetivo de mostrar la diversidad de la danza contemporánea actual", concluyó la coreógrafa.
Nota Publicada en La Nación el 03-10-12
http://www.lanacion.com.ar/1513714-danza-y-tecnologia-un-sello-de-este-cocoa
Anticipo del Festival CoCoA 2012
Moi performance, de Mille Plateaux Associés
Hoy comienza la tercera edición del Festival Internacional de Danza CoCoA 2012 (Coreógrafos Contemporáneos Asociados y Afines) con la presentación de 27 obras, algunas en carácter de estreno, distribuidas en nueve salas. Además se incluirá por primera vez una sección de Video-Danza. "Nuestro festival es independiente porque está generado por los mismos coreógrafos. Y se caracteriza por incluir diversidad de estéticas y formaciones. Hay gente muy emergente y otra de mucha trayectoria", explica la coreógrafa Liliana Tasso, presidente de CoCoA.
La danza contemporánea comparte público con el teatro off, el baile callejero y las técnicas de circo. Y en los últimos años ha crecido, por la consolidación de la carrera de Artes del Movimiento del IUNA. Sin embargo sigue existiendo una asimetría entre la oferta y la demanda. "No es algo que sólo le pasa a la danza. Hay una retirada de los espacios públicos. La gente cada vez tiene más acceso a la cultura desde la computadora. Si los hábitos del ciudadano cambian, la danza tiene que repensarse."
Entre las particularidades de este año, surgen obras que suman el lenguaje audiovisual a sus propuestas. La compañía dirigida por Liliana Tasso, por ejemplo, utilizará un sistema de videollamada para enlazar sus elencos en Buenos Aires y Barcelona. Entre otros espectáculos que no deberían pasarse por alto están Ensayo para morir + Programa de Videodanza Nº 1, el martes 18, a las 21, en el Rojas, Corrientes 2038 ($ 20). El jueves 27, a las 21, subirá a escena Mirarse a los ojos de Mille Plateaux Associés (Francia), en C. C. Haroldo Conti, Av. del Libertador 8151 (gratis). Más información en www.cocoadatei.com.ar.
Nota Publicada en La Nación el 13-09-12
http://www.lanacion.com.ar/1507791-comienza-el-festival-de-danza-cocoa-2012
Tangokinesis en el Festival de Tango 2012
En el marco del Festival y Mundial de Tango 2012 el sábado pasado se presentó Tangokinesis, la compañía de Ana María Stekelman, con un espectáculo compacto y eficaz. Cabe señalar el acierto en la programación de esa jornada. Se trató de una velada piazzolleana, ya que la obra de Stekelman sucedió en el escenario a la presentación del Quinteto de la Fundación Astor Piazzolla. Todos los presentes amaban a Astor.
Piazzolla se puede bailar de muchos modos y Stekelman eligió un camino sin estridencias, pero aprovechando las explosiones musicales para ganar altura. Por suerte no pareció que hubiera en la platea, seguidores de tango de escenario, acostumbrados a aplaudir cada truco que aparece.
Abrieron con "Años de Soledad" en la versión original con Gerry Mulligan, a la que Stekelman decidió volver, lejos de la escalera que pensó años atrás para Julio Bocca. En esta nueva puesta, la soledad es el tema desde donde se inicia y al que se vuelve, después de incluir un dúo y a toda la compañía.
Del encuentro de Piazzolla con Gary Burton y el vibráfono, se tomaron dos fragmentos de "Vibraphonissimo", donde, tanto Nora Robles como Ramón Salinas, se alejan del lenguaje habitual del 2 x 4 y juegan con la sonoridad de ese instrumento,.en el tono de un estudio tanguístico.
Piazzolla dejó su huella en nuestra música no sólo por las obras de su autoría, sino también por los arreglos innovadores en su momento. Es el caso de su versión de "El Choclo" de Villoldo, que en esta oportunidad es aprovechado enérgicamente en una pieza de tango entre varones.
El vestuario, de Jorge Ferrari, subraya el tono discreto de la propuesta, ya que utiliza como base el brillo del charol y las lentejuelas sobre negro, lo que remite a la sobriedad del tango de salón, aunque se trate de una propuesta para las tablas.
Si bien el programa del festival hablaba de "la danza ilustrando temas de Piazzolla", se trata, en todo caso, de una ilustración abstracta, para nada narrativa. Tangokinesis se mueve con naturalidad en "Escualo" y "Tango Diablo" integrando los códigos de la danza contemporánea y el tango.
No se trata de un espectáculo de tango tradicional. Pero no se puede negar que se trate de un espectáculo de tango. Hay un abrazo al que se vuelve inevitablemente. Y tal vez ésa sea la esencia de este género: el abrazo
Nota publicada en La Nación el 27-08-2012
http://www.lanacion.com.ar/1502688-tangokinesis
Función inaugural
Una vez más empiezo un blog con ganas.
Se me fueron juntando las ganas de hacer un blog para juntar lo que voy escribiendo y hablando sobre la danza de los otros.
Porque ese es el modo de hacerla un poco mía.
Se me fueron juntando las ganas de hacer un blog para juntar lo que voy escribiendo y hablando sobre la danza de los otros.
Porque ese es el modo de hacerla un poco mía.
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